Nos acercamos un poco y durante ese centímetro todo pareció estar bien, como si nada de lo que ocurriera nos haría daño, pero luego nos miramos a los ojos, como si estuviéramos apunto de besarnos, pero no sucedió, fue un deseo que se desvaneció al recordar que para nosotros seria malo y entonces, di un paso atrás.
Supo lo que venia, lo que diría, lo que nos tocaría, que nuestros ojos no se volverían a ver como hace segundos, que nuestras almas se separarían, también se había dado cuenta de que todo estaba cambiado, diferente, ya no era lo mismo, como la primera vez que nos conocimos, un accidente, cosa del destino.
Era una tragedia, justo en frente de nuestros caminos, pero era tan necesaria como respirar, si no nos alejábamos en ese momento, quedaríamos irremediablemente marcados y lo dije, ya era todo, ahí se acababa.
Me sonrió una vez mas con ligera resignación, la misma que contenían mis suspiros, en ese instante ambos sabíamos que en un futuro, escribiríamos historias de nosotros, de lo que fuimos, de lo que pudimos haber sido, quizás, pero que al final, era mejor así y los dos lo teníamos presente.
Con Nadeska Martínez.
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