domingo, 22 de enero de 2017

el escritor, el dulce y el contracultural

en las últimas veces me han llegado a gustar varias personas, los más relevantes fueron 3 quienes realmente llamaron mi atención, con los que llegué a sentir una conexión profunda y que no sé si la llegaron a sentir también, tanto que se me hará difícil poder olvidarlos, ésto era lo que yo sentía de tanto pensar en ellos y que quizás siga sintiendo

al primero, de pensamientos hipnotizadores y de mirada penetrante, me provoca abrazarlo por siempre para que duerma tranquilo, que yo les espanto sus demonios que como moscas lo atormentan, las musas de sus escrituras, le bailaría a ver si así lo rodeo de mucha buena vibra, a ver si así le alegro el día y le agrego a su sonrisa besos de esos sabor a metal, que me hagan recordar a mi niñez cuando accidentalmente chupaba mis dedos sin haberme lavado las manos después de agarrar las llaves y/o candados, que me daría fiebre porque así de caliente, intenso y potente seria nuestro amor

al segundo, de actitud simpática y sonrisa atractiva, lo llevaría a la terraza a que sepamos de los dos hasta lo que no se nos había ocurrido, nos intercambiaríamos música hasta encontrar una o varias que nos describa a la perfección, le besaría para que no siga sintiéndose tan solo como suele decir, para que deje de ser tan sobreprotector conmigo como si yo fuera una torta y no quisiera comerme por no querer destruirme o hacerme desaparecer y es que esa es la única manera de conocer mi sabor, de sentimientos tan lindos pero que por alguna razón no se atreve a estar conmigo, no sé cómo decirle que también tengo miedo de arruinarlo

y al último pero no menos importante, de espíritu rebelde y de gran altura a mi lado, lo quiero conmigo para todos los sitios del mundo al que vaya, para saber su opinión, para saber sus gestos y leer su cuerpo porque sabría que no es muy comunicativo con sus emociones, mandaríamos a la mierda muchas cosas un poquito diariamente, viajaríamos en el autobús que tanto desea, o caminaríamos bastante con la luz de la luna sin parar de conversar, con mi voz y mis caricias le calmaría hasta el más mínimo deseo de pelear, le calmaría hasta quedar dormido como un bebé en su cuna

a veces adaptamos nuestras metas a los gustos de quienes nos gustan y no sé si sea bueno o malo, solo sé que ninguno me demostró querer cumplirlas conmigo a pesar de haberlos invitado a todo lo dicho anteriormente

solo sé que pueden ser tan pasajeros, efímeros que no debemos malgastar ese tiempo planeando, solo disfrutarlo siendo espontáneos y sin expectativas 

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