miércoles, 3 de julio de 2013

Olvidos casuales.

De tanto querer olvidar malos recuerdos, pensamientos indeseados, personas que no valían la pena, de tanto querer olvidar tantas cosas, empecé a tener olvidos casuales, sin que pudiera decidir si olvidar, sin que pudiera evitar olvidar, ya en una edad que ya no tenia control de lo que pensaba, donde la memoria, quien ahora hacia lo que quisiese, hizo regresar esos pensamientos que había querido olvidar.

Sonrisas desgastadas.

Sonreía siempre que podía para ocultar lo que sentía. Sonreía para que no llegaran a pensar que no estaba bien como les decía. Sonreía para ver si sonriendo aunque no estaba feliz, hacia que la tristeza se alejara asustada de mi sonrisa. Sonreía, sonreía y cuando al fin me sentía feliz, ya no sonreía, no sentía ganas de sonreír, ya no me salían tan fáciles, pues sentía mis sonrisas desgastadas de tanto haber sonreído.