había hecho un gran collage en mi pared junto con mapa mentales, listas, notas y hasta varios vídeos
eran todos mis recuerdos favoritos de tu persona
las fotografías acumuladas de sensaciones, pensamientos y palabras
estaban todas tus miradas por todo el lugar, como lo más relevante, remarcados con un resaltador
había una lista de las cosas que te gustaban, de las que querías hacer, uno que otro recordatorio o nota mental de lo que hice que no te gustó o de lo que se debía repetir (o lo que nunca se logró pero que debió)
eran mapas mentales infinitos de tu persona, reuniendo información sobre ti y cada vez había una nube más, pues me hablabas siempre, y vivía de tus palabras, vivía sobre las nubes
de vez en cuando escribía poemas sobre ti que jamás llegaste a leer
los vídeos eran mi parte favorita, reproducir palabras que habías dicho, tus carcajadas, repetir los momentos en que te veía como si fuera la primera vez, y en los que no sabias que te veía
te dedicaba conciertos, me encontraba relacionando cada canción contigo, como si todas estaban escritas sobre y para ti, pero nunca me llegaste a escuchar
era como un museo con todas las obras de artes e ilustraciones de tu personalidad
donde analizaba, evaluaba, categorizaba, exponía, y archivaba todo lo que tuviese que ver contigo
era como un jardín botánico, en la que cada árbol, cada planta, representaba una emoción de ti, un humor diferente, y amaba verte en tus momentos desde los más bonitos, hasta los más destrozados
y cada planta crecía al igual que mis ilusiones, y crecían los mapas mentales, y las listas, y escribía muchos más poemas, hasta que me di cuenta que también crecía el tiempo, pasaba el tiempo, perdía el tiempo, y no recibía nada
sí, es lindo ilusionarse, pero cuando ves que esa persona no se ilusiona contigo, cuando ves que no se emociona al verte, que probablemente no tenga una pared llena sobre cosas relacionadas a mí, que si le llegara a contar se alejaría porque lo asustaría, y que no hay ni una mínima esperanza de que llegue a pasar algo, es ahí cuando me doy cuenta que debo empezar a quitar todo de la pared, y por mi propio bien ser yo la que se aleje
me doy cuenta que realmente para mí, ilusionarme pasa a obsesionarme
que a lo mejor me estaré perdiendo de alguien, por pensar que eres lo mejor
que la pared debe estar cansada de que siempre haga lo mismo,
y nunca se quede adornada de cosas sobre una sola persona para siempre.
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