La edad a través de cada persona contemplaba al sol, se enamoraba, y se perdía completamente contando sus rayos de luz, hasta se excitaba con sólo sentir su calor, le atraía más que la luna, simplemente por el hecho de no poderlo ver del todo. A diferencia del sol, la edad moría muy seguido, pero el siempre la esperaba en el mismo lugar, y ella siempre volvía a nacer.
Un día entre todo el amor, donde la luz, el calor, los números y el infinito se mezclaban, nació Soledad, muy distinta a ellos, muy insegura, y que moría de envidia de la relación de sus padres.
Por eso, ahora Soledad se la pasa separando a las miles de edades y soles que ve en cada pareja por el mundo.
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