de vez en cuando siento un hueco en el pecho
y no logro conseguir con que llenarlo,
ni con comida, ni con los atardeceres,
ni con las palabras, ni con la gente
de vez en cuando me siento imán y mi cuerpo se siente atraído a mi cama
al igual que mis lagrimas se sienten atraídas a mi almohada
mi mar interno se desborda y no puedo controlarlo,
no logro flotar ni nadar y me hundo, me ahogo
pero luego me despierto y me doy cuenta que era solo un sueño
que tanta agua arruinaría mi madera
de vez en cuando me tocan el corazón, y veo que todavía existe,
y cuando ocurre, el vacío es el que deja de existir
o es decir, se convierte en palabras, así como este poema
tal como las guitarras, que las tocan y se vuelven música
que su hueco en el pecho es importante, que hacen eco
que las cuerdas vibran y de las vibraciones nace la vida
y me recuerdan que para mantenerme viva
necesito mantenerme en movimiento
es allí cuando empiezo a bailar, y a cantar
y es así como desaparece el vacío y la soledad
(un regalo por aquí)
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