—aquí escribiste que conociste quien te causará muchos problemas, ¿quién es?— dije señalando el cuaderno, juraba que se trataba de mí, me miró, y abrió los ojos como asustado o preocupado, se levantó de la cama rápidamente.
—no debiste leer eso —dijo quitándome el cuaderno —me di cuenta que ya no me causará problemas —volvió a mirarme con una sonrisa pícara, bajé la mirada cuando sentí que me había sonrojado— o quizás me gusta el problema que me causa —guardó el cuaderno en el bolso
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