Sonreía siempre que podía para ocultar lo que sentía. Sonreía para que no llegaran a pensar que no estaba bien como les decía. Sonreía para ver si sonriendo aunque no estaba feliz, hacia que la tristeza se alejara asustada de mi sonrisa. Sonreía, sonreía y cuando al fin me sentía feliz, ya no sonreía, no sentía ganas de sonreír, ya no me salían tan fáciles, pues sentía mis sonrisas desgastadas de tanto haber sonreído.
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